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/Mundo cofrade/
preciar el éxito de sus numerosas novelas o A la capital le llegaba en una caja de hojalata
por despecho, ya que el dramaturgo cana- debidamente soldada con estaño para garan-
rio siendo director del Teatro Español, y pro- tizar el envío.
puesto para el Premio Nobel en 1912, se negó Curiosamente en la novela arriba citada, “El
en ese mismo año a estrenar al gallego una amigo Manso,” nos sorprende con el pro-
tagonista Máximo Manso que era natural de
Cangas de Onís, “a la puerta de Covadonga y
del Monte Auseva” y ya adentrándonos en la
lectura de la misma se van sucediendo perso-
najes tales como “Valdesol”, comerciante de
carne y muy adinerado que abastecía la capital
de España a gran escala, y que “de niño había
corrido con los pies descalzos en los arroyos
sangrientos de las calles de Candelario” y ya
que hablamos de tan hermoso pueblo serrano
de mis amores, de allí procedía doña Javiera,
de sus obras en el citado Teatro Español. Ahí con carnicería en Madrid, de la dinastía de los
quedó la duda, aunque Valle-Inclán, años Rico, vda. de Peña, ambos apellidos formando
después, reconoció que Galdós parecía ha- parte de la historia chacinera más importante
ber sido el creador del idioma, y muchos con- de Candelario, incluso de Salamanca entera a
temporáneos suyos lo citaban como uno de cuya provincia pertenece, y no a Extremadura
los mejores representantes de la novela realis- donde muchos lo sitúan, así que la lectu-
ta del s.XIX y estudiosos lo situaban como me- ra de esta novela tras regresar y disfrutar del
jor novelista después de Miguel de Cervantes. encuentro con los hospitalarios canarios, fue
“El garbanzo resiste todas las modas del co- recrearme con escenarios y personajes que
mer” comenta en “Fortunata y Jacinta” y otro forman parte de mi admiración personal.
de sus personajes aseguraba que la sopa y el Gracias al periodista Mario Hernández Bueno
Jerez se consideraban idóneos para preparar mantenedor de este puchero de las siete car-
el estómago, darle fortaleza para lo que viene nes que tras rescatarlo del baúl de los re-
detrás, para comer y seguir comiendo. cuerdos con sabor, une y reúne a cientos de
Así lo dejó constar en varias de sus novelas amigos cada año en torno al mismo, hacién-
como “El amigo Manso” y los gastrónomos dose importante hueco entre la culinaria isleña
canarios nos recordaban como ya viviendo en con tantos platos que influyeron en la misma
Madrid, hacía que le llegasen todas las sema- pero con gentes como Mario supieron mante-
nas los alimentos e ingredientes necesarios ner su identidad.
para elaborar un cocido con todos los sacra-
mentos, tal y como lo degustaba en las islas. Miguel A. Fuente Calleja
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